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La Aromaterapia, Aromoterapia o Terapia de los Aromas es una disciplina complementaria que incursiona en el área de los aromas naturales para promover el bienestar bio-psico-espiritual de las personas, a través del aprovechamiento de sus cualidades benéficas para la salud. La sustancia prima son los aceites esenciales extraídos del reino vegetal, y a partir de los cuales se elaboran diversos productos y se aplican a través de diversas técnicas.


La Aromaterapia tiene un origen muy antiguo.

Ya desde la prehistoria, la utilización de hierbas aromáticas con fines terapéuticos era conocida. Las vasijas obtenidas en diversos hallazgos arqueológicos ilustran acerca de cómo ya en el Antiguo Egipto (entre 3.000 y 2.000 años a. C.) el uso de estos aceites estaba muy difundido. Pero los primeros datos escritos que se tienen sobre las propiedades curativas de los aceites esenciales, y de las técnicas para su extracción y uso, datan de documentaciones de China, y están fechados entre los años 1.000 y 700 a. C. Los egipcios fueron perfeccionando más que ninguna otra civilización sus conocimientos acerca de los aceites esenciales y los ungüentos, de sus propiedades medicinales y de la perfumería, así como de los recipientes que conservaban mejor las sustancias.

Al igual que los egipcios y los chinos, las culturas del Indo y Persia utilizaron esencias y perfumes con regularidad. En la India se tienen referencias del uso de los aromas más o menos fechados paralelamente a la época egipcia tardía y son de especial importancia los textos sobre herboristería. Los griegos y romanos heredaron la sabiduría y gusto por los aromas de los egipcios, y comercializaron una amplia gama de perfumes, resinas y esencias mezcladas con aceites vegetales. La revolución en el arte de las esencias llega en el siglo X d. C., con el descubrimiento -o perfeccionamiento- de la destilación, base de la perfumería, por el médico y filósofo árabe Abu Ali Ibn Sina, más conocido como Avicena. A través de la destilación de vapores se consigue extraer por primera vez los aceites esenciales de las plantas y obtener extractos más concentrados y de mejor calidad.

El Renacimiento vio florecer nuevamente el interés por los aromas y sus propiedades terapéuticas. El siglo XVII fue el período de máximo esplendor de los herbolarios ingleses. Personajes como Culpeper, Parkinson y Gerarde alcanzaron gran prestigio y sus estudios sobre las propiedades de los aceites esenciales y la medicina herbal, son reconocidos aún en nuestros días. La herborística adquirió gran popularidad, impulsada por los primeros estudios de química.

En 1887 el profesor francés Chamberland efectuó la primera experimentación científica demostrando el poder antiséptico de los aceites esenciales. Más tarde, en 1910, el inglés Martindale cuantificó el poder antiinfeccioso de los aceites esenciales y procedió a su clasificación.

El interés por la naturoterapia adquirió renovada importancia en el siglo XX. El profesor René Gattefossé, reconocido como el padre de la aromaterapia moderna, contribuyó en gran medida a ese auge. Este químico estaba especializado en los usos cosméticos de las esencias y era conciente de que ciertos aceites esenciales tenían propiedades medicinales más eficaces que muchas de las sustancias químicas que él empleaba. Pero el hecho que causó su verdadero interés en la investigación sobre los aceites, ocurrió de manera accidental.

Al profundizar en las propiedades curativas del aceite de espliego, decidió seguir investigando con otros aceites esenciales, y fue él mismo quien utilizó por primera vez el término “aromaterapia” en uno de sus artículos científicos.

En 1928 publicó su primer libro, Aromathérapie, al que siguieron numerosos artículos y textos relacionados con la terapia a base de aceites esenciales.


Luego de este hito, en los años posteriores se publicaron pocos artículos acerca de la aromaterapia, y esta no logró divulgarse lo suficiente, aunque las investigaciones continuaron, y sería otro francés, el doctor Jean Valnet, quien tomó relevancia en este área.

En los albores del siglo XXI, la Aromaterapia se ha posicionado como una de las terapias complementarias más utilizadas en el mundo. Se han hecho muchas investigaciones que vinculan los patrones emocionales humanos con las moléculas aromáticas. Surge entonces una rama dentro de esta disciplina que estudiará la relación entre los compuestos aromáticos y la psicología: la Aromacología.